La sociedad está llena de moribundos. Entes sumergidos en una soledad integrada de equívocos, culpas, vicios, corrupción. Autómatas queriendo vivir existencias ausentes y evasoras, perdidos entre el deseo y la muerte palpitante. En La sociedad de los moribundos, vamos de la descomposición del sistema educativo a la de sus propios miembros, quedándonos entre los dedos los hilos de historias que se enredan, hasta asfixiar a la pieza más frágil de una sociedad inmersa en su propia inexistencia.