Desde la antigüedad los mandalas han representado misticismo y son relacionados con lo divino y la búsqueda de iluminación.
En el Tíbet se crean mandalas vaciando cuidadosamente arena de colores sobre una superficie, y una vez que se ha terminado la labor - que puede durar meses -, se contempla y disfruta por un periodo breve de tiempo. Cuando se considera que se ha estudiado y admirado lo suficiente, se destruye para dar paso a la siguiente creación. Lo anterior simboliza la existencia efímera y el cambio constante.
A principios del siglo XX el Dr. Carl Gustav Jung, psicólogo suizo, pionero en la psicología profunda y padre de la psicología analítica , descubrió el efecto terapéutico de los mandalas y dedicó mucho tiempo a investigar sobre el efecto que causa en quienes los dibujan, colorean o construyen.
Por ello es que el autor nos presenta este libro donde junta la investigación dura con la autoayuda para ofrecerle, querido lector, un libro que le ayudará a encontrar su paz interior.